PASIÓN ENTRE ARENAS Y ESPUMA
PASIÓN ENTRE ARENAS Y ESPUMA

COLABORADOR: Oscar Rodriguez (Lures Game)

“Oscar Rodriguez escribe un artículo donde nos explica la pesca de la lubina desde la playa”

Hay quienes van a la playa a desconectar. Yo voy a conectar. Con el mar, con los sentidos, con ese instante mágico que solo quien lo ha vivido entiende: la picada. La pesca desde orilla no es solo lanzar una caña y esperar. Es leer el agua, entender los movimientos de los peces y fundirse con el entorno.

Pesca de lubina y baila a spinning desde la orilla

“Mi escenario es la costa, especialmente esos arenales y bajos de arena donde la lubina y la baila patrullan en busca de alimento. Allí, entre corrientes y espuma, se esconde la magia”.

Lubina capturada a spinning en la playa
Pescador trabajando el señuelo para lubina y baila desde la orilla

LEER EL AGUA: EL PRIMER LANCE ES CON LOS OJOS

Antes de lanzar, observo. Las rompientes, los cambios de color en el agua, los remolinos… todo habla. Las lubinas y las bailas no están quietas; se mueven buscando comida donde el mar remueve el fondo, donde las olas sacan a la superficie lo que ellas buscan. Van detrás del pez pasto —lisas, alachas, alevines—, por eso es clave elegir un señuelo que se les asemeje en forma, tamaño y comportamiento. Si sabes leer el mar y entiendes qué comen, sabrás dónde están… y con qué tentarlos.

Equipo ligero de spinning para pescar lubina y baila

EL EQUIPO: LIGEREZA Y PRECISIÓN

Para esta pesca fina, ligera y técnica, el equipo es parte esencial. Uso cañas muy light, de acción máxima 15 gramos, que me permiten lanzar con precisión señuelos pequeños y sentir hasta el más leve roce. Los carretes, tamaño 2000 o 2500, son compactos y fiables, perfectos para largas sesiones sin fatiga.

El hilo, trenzado fino entre 0.4 y 0.8, garantiza sensibilidad total. Sientes todo. Cada toque. Cada roce. Y cuando llega la picada… es una descarga eléctrica que sube por la caña y te agarra el alma.

Lubina capturada a spinning en playa de arena

LA PICADA: UN INSTANTE ETERNO

La picada de una lubina o una baila no se olvida. A veces suave, otras con violencia. Pero siempre es emocionante. Es el momento en que todo se detiene. La espera, la lectura, la técnica… todo cobra sentido. Ahí estás tú, conectado a ese pez por un hilo invisible de pasión.

Pescador de lubina y baila caminando por la orilla

MUCHO MÁS QUE PESCA

Esto no es solo una afición. Es una forma de vida. Cada amanecer frente al mar, cada brisa salada en la cara, cada captura (y cada suelta) es parte de un ritual que me conecta con lo más puro de la naturaleza. Pescar lubinas y bailas desde la orilla no es solo una técnica: es una pasión que se siente en los dedos, en la mente y en el corazón.

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